lunes, 11 de junio de 2012

Tren

Sobresaltos de estados en movimiento molecular, esas ganas de transportarme al espacio una vez más... Algo en mi espalda me señala la verdad, la puerta de salida en mi caso no es la de atrás. Esperar esperando en la espera el tiempo tuvo fin, lazos sanguíneos políticos que ya no he de seguir, lavando culpas ajenas de carnavales de máscaras conocidas... y la frase "...el tsunami llegó hasta mi, lo ví venir..." inexplicablemente enciende mi octavo sentido, sin poder producir reacción anticipada más que sólo el poder del alerta.
Y un día más algo hizo "crack" otra vez... como un déja vù sin el buuuuuh, con una catarata huracanada en la mirada, incontenible, salvaje, con el sabor de una realidad de punto sostenido en una gran llanura de la nada, borrando ilusiones manifestadas en el deseo de esas proyecciones de una realidad que se alejaba.... Y volví al tren, a enfrentar no un oscuro fantasma, sino a enfrentar los demonios de una pasado más presente que nunca, de esa sensación de desamparo y de soledad de la que creía que poco quedaba. 
Volví a caminar como transeúnte en un mar de espejos malditos, de escenas reiteradas, de oscuridad emergiendo de las proximidades ahora más cercanas... y entre este circo de personajes oscuros, de arlequines que no hacen más que llorar y reir en el sarcasmo de un alma casi pura, casi blanca; me ví yo otra vez de nuevo, sin embargo algo me resguardaba, entre todas las dudas que surgieron del recuerdo me enfrenté a mi reflejo de lo que quería volver a ser, de lo que ya no deseaba. Y fue entonces como ahora viajo en este tren escribiendo estas palabras, apagando el sonido de una llamada a destiempo, porque es ahora que no necesito más nada. Este ángel que me eleva dándome alas en la espalda, esa otra mitad de mi que en otra dimensión se dispara, que me susurra al unísono de una melodía lo que debo creer cuando se está ciego y todo parece desvanecerse en una proa nublada... (22/05/2012)

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